136 kilómetros, no sólo corresponde al exceso de velocidad con que viajaba un Senador, representa también el exceso y abuso de poder; es el punto de quiebre que hizo reaccionar a la ciudadanía como hace tiempo no lo hacía. 136 kms es la velocidad de nuestro cambio, un cambio de actitud que logró revertir un hecho a todas luces injusto.
Me molesta profundamente lo hecho por el diputado Girardi, eso es debido a que los chilenos estamos acostumbrados a siempre hechar la caballería; la indifernecia de la gente se debe en parte a que siente una verdadera desesperanza ante muchos hechos que suceden, por ejemplo: hace unos meses denunciaba un hecho de corrupción, sin embargo la respuesta del gobierno fué que los municipios eran autonomos y por ende ellos no tenían nada que hacer, si bien tiene razón en la autonomia, pero algo pudieran haber hecho. Las personas denunciadas, una de ella cuenta con un amplio curriculum, exiliado, guerrillero, busccado por los derechos humanos en el extranjero. cada vez que este señor es denunciado por evación de impuestos, a la inspección del trabajo, por coimas, etc. El sencillamente llama por telefóno a sus corregionarios y el asunto se disipa. Este es el punto, la prepotencia, que se ha implantado en este país por la clase política. entonces yo me pregunto ¿para que la gente va ha reclamar por el transantiago, si finalmente sabe que los políticos haran lo que a ellos se les de la santisima gana? la protesta de los pinguinos ¿en que quedo? ¿para que hablar de justicia si finalmente existe la sensación real de que no la hay? es claro que la gente está aburrida y expresa su malestar en la calle manejando con rabia su automovil, maltratando al vecino, cagando al compañero de trabajo, en suma hace lo mismo que le hacen a él, pero no siente que hayan resultados alzando la voz porque no hay quien los defienda ni representre, porque en suma los políticos son todos iguales velan por sus bolsillos y por su poder.Eso es lo que creo que hay que cambiar la prepotencia de saber que muchos ni siquieran tienen una oportunidad en esta sociedad y para ello, los apellidos que queden en el pasado. Yo sufrí con la dictadura y hasta el día de hoy le temo a la derecha y considero que muchos no votan por ella por la misma razón,pero, ¿qué pasará cuando se pierda el miedo o nos venza el cansancio? Tenemos la opción de hacer las cosas de mejor manera y de volver a creer en nosotros mismos.
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